En casa teníamos una muy pequeña de madera pintada de blanco que le faltaba una pata, por muy pequeña que fuese siempre descubría algo nuevo que leer, había desde una colección de historias y mitología de todas partes del mundo que amaba, autores como Kafka (lei metamorfosis a los 9 años y me causo un gran trauma) poemas, recetarios y cuentos infantiles.

Unos de mis mayores descubrimientos fue un libro con una gaviota en la portada que un día capto mi atención, al abrirlo tenia unas hermosas fotografías en blanco y negro de Russel Munson que me dejaron fascinada. Me adentre inmediatamente en el universo de Juan Salvador Gaviota que quería volar muy alto pese a que sus familiares y compañeros no lo aceptaban y todos los obstáculos que tuvo que atravesar para alcanzar su ideal de libertad.

Cuando tome esta foto en el sur argentino lo recordé, recordé a Juan Salvador Gaviota  a mi de pequeña, lo que sentí y significo para mi. 

Todos tenemos algo de Juan Salvador Gaviota, muchos de nosotros no nos conformamos con lo que los demás o la sociedad esperan de nosotros, nos interesan mas hacer lo que amamos y lo que nos llene el espíritu, tratamos de volar y nos caemos una y otra vez pero nunca lo dejamos de intentar.

Gracias Richard Bach, gracias Russel Munson por hacerme viajar con tus fotografías en blanco y negro, y gracias mama por crear a este espíritu rebelde.